El Gobierno nacional confirmó la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina (NASA), la empresa estatal que opera las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse, que aportan alrededor del 7% de la energía eléctrica del país. El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció que en los próximos días se firmará el decreto que habilitará la venta del 44% de las acciones de la compañía mediante una licitación pública nacional e internacional, mientras que el Estado mantendrá el 51%.
La medida incluye un programa de propiedad participada que permitirá a los trabajadores acceder hasta a un 5% del capital accionario. Según la Secretaría de Energía, la decisión busca impulsar la inversión privada para financiar proyectos estratégicos como la extensión de vida útil de Atucha I, el desarrollo de un reactor modular argentino y el fortalecimiento de la minería de uranio. En 2023, NASA recibió transferencias estatales por $700 millones, pero en 2024 no percibió aportes, lo que el Ejecutivo presenta como un cambio de modelo hacia un esquema autosustentable.
Actualmente, Nucleoeléctrica está presidida por Demian Reidel y se encuentra entre las pocas empresas estatales con superávit: en el primer trimestre de 2025 obtuvo ganancias por $17.234 millones. Analistas del sector estiman que la compañía podría valer hasta US$1.000 millones. La privatización será ejecutada por la Secretaría de Energía tras la transferencia de acciones desde el Ministerio de Economía, la Comisión Nacional de Energía Atómica y Enarsa, en el marco del plan de reformas que coordina el ministro Luis Caputo.
