La Cámara de Diputados propinó una dura derrota al Gobierno al insistir, con mayorías holgadas, en dos leyes vetadas por el Presidente: la emergencia pediátrica para el Hospital Garrahan (181 a 60) y el financiamiento universitario (174 a 62, con 2 abstenciones). La sesión se desarrolló en paralelo a una masiva movilización frente al Congreso de docentes, estudiantes, familias del Garrahan y sindicatos, que celebraron los resultados.
El quiebre llegó por una combinación de factores: la fractura del bloque PRO —con referentes como Silvia Lospennato y otros acompañando a la oposición—, la pérdida de apoyos de gobernadores que antes respaldaban al oficialismo y el papel decisivo de los cuatro diputados misioneros alineados con Carlos Rovira. La oposición aceleró tiempos y unificó debates para evitar cambios de posición de última hora, mientras la oferta oficial de postergar la discusión para el Presupuesto 2026 no alcanzó.
Tras la votación, se evidenciaron pases de factura internos en el oficialismo por la estrategia parlamentaria y la conducción de la Cámara. El Gobierno quedó prácticamente sin aliados firmes, y hasta bloques que acompañaron a Milei en 2023 (Coherencia, MID) votaron con la oposición. El episodio dejó expuesta la fragilidad de las mesas políticas rearmadas tras el revés bonaerense y anticipa mayor tensión para lo que viene: ATN en el Senado y el debate del Presupuesto 2026.
